miércoles, 30 de septiembre de 2009

A Propósito del 12 de octubre


Fiestas patronales por la Virgen del Pilar
Dónde y cuándo nació Pilar



En estos días podemos estar celebrando los 280 años del día en que María Cabezas expuso al culto público por primera vez la imagen de Nuestra Señora del Pilar, en una precaria capillita de adobe, cerca de su casa, en lo que hoy conocemos como Pilar Viejo (cerca de la Ruta 8 y el río Luján).

En efecto –según datos históricos- la veneración de la Pilarica se inició por estos pagos en 1729. Parece que en ese tiempo existía un caserío de no mas de 20 familias que comenzó a ser conocido como Luján Abajo o Del Pilar. En 1731 ya hubo testimonios de la capilla construía de ladrillones y adobe y de que hubo fiesta entre la gente para el 12 de octubre. María, era la esposa de Francisco Gomez de Saravia, ambos habían llegado desde la madre patria con la pequeña imagen para que ésta protegiera sus proyectos en estas tierras extrañas y hostiles, siguiendo una tradición que sitúa a la Virgen del Pilar como patrona y protectora de España desde los albores de su historia.

Eran tiempo duros para los pocos pobladores de la zona pero eran unidos y perseverantes. El poblado fue creciendo y el 13 de junio de 1750 la capilla fue elevada a vice parroquia. Fue el padre Juan Isidoro Illescas el que comenzó los primeros libros de bautismos, matrimonios y finados para españoles, indios y mulatos, según la costumbre de la época. Estos libros y otros testimonios de la época se conservan hoy en día en el actual templo de Nuestra Señora del Pilar y en el museo, ubicados en el centro de la ciudad.

Pero el templo que conocemos hoy no está en el mismo sitio de la primitiva capilla. Es que en 1818 el Cabildo de Buenos Aires concede el traslado del pueblo a su actual emplazamiento. Las gestiones las había iniciado en 1798 el presbítero Luis Antonio Tagle en representación de todos los vecinos ya que los frecuentes desbordes del río Luján impedían al pueblo progresar.

No debemos olvidar que en 1820, a la sombra de este templo primitivo, se firmó el Tratado del Pilar, primer intento de establecer la unidad nacional y de construir un país federal como el que se consagró mas tarde en la Constitución Nacional.

En 1821 se comienzan las obras del actual templo frente a la plaza 12 de octubre. Es Monumento Histórico Nacional, uno de los pocos que tienen la provincia de Buenos Aires, y su construcción finalizó 1856. Fue remodelado en 1921 y mas recientemente varias obras lo han puesto nuevamente en valor con trabajos sobre la estética del edificio, la reparación del reloj de la torre y la inauguración del museo en diciembre de 2006, merced a un acuerdo entre la parroquia y la municipalidad.

Más información sobre el templo parroquial y otros datos de interés sobre el Pilar del ayer en www.juntahistoriapilar.com.ar

lunes, 31 de agosto de 2009

Breve reseña histórica del Instituto Carlos Pellegrini


Edificio emblemático de nuestra región, ubicado a mitad de camino entre Pilar y Villa Rosa, sobre la ruta 25, no tuvo hasta hoy la suerte que merece como patrimonio histórico, cultural y arquitectónico.

Orígenes

El 25 de Agosto de 1906 en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires se crea una Comisión de Homenaje al fallecido ex presidente de la República Argentina, Carlos Pellegrini. Dicha Comisión tiene como objeto recaudar fondos para erigir un Monumento a la memoria de aquél, pero al sobrepasar las expectativas, deciden fundar un colegio.
El 10 de septiembre de 1906 el presidente de la entidad, Ernesto Tornquist, firma el acta de fundación y la cesión.
El monto de lo recaudado asciende a los 394.365,71 pesos moneda nacional. El 20 de Mayo de 1907 la Comisión, que se reunía en el Banco Tornquist (calle Mitre 531, Capital Federal ), estaba compuesta por Norberto Quirno Costa, Santiago Brian, Eichet, Lidoro Avellaneda, Paul Grousac, Ernesto Tornquist y Enrique Berduc, entre otros, quienes formaron un Consejo de Administración con facultades para elaborar planes de estudio y un Reglamento para el futuro colegio, dictándose el 5 de Junio del mismo año por el Ejecutivo un decreto con el Estatuto y la personería jurídica (firmado por Figueroa Alcorta y Florentina Barros).


Donación de tierras

El 14 de Octubre de 1907, ante el Escribano Platero (folio 132, Nº 49936 1927) se firma la escritura de la primer fracción de 38 ha comprada a Alberto Del Solar, casado con Felicia Dorrego de Del Solar, lindantes con Alberto Del Solar, al Suroeste con Patiño y al Noroeste con el camino Escobar-Pilar; y de la segunda fracción, de 32 ha, donada por Alberto Del Solar, (aceptando su cónyuge Felicia Dorrego de Del Solar la donación), lindando con Ana María Henández de Morales. La donación tenía el propósito de donar el predio para crear una escuela agropecuaria en la zona, tal era su principal actividad. La donación de tierras se aceptó por la ley 7446 del 30 de Septiembre de 1910. Por esa ley el Estado Nacional acepta la donación y también: 1) Conservar siempre el nombre del Colegio y el Plan de Estudios. 2) 400.000 $ moneda nacional para terminarlo y, 3) en un plazo de 3 años para terminar de instalarlo.


Construcción del edificio

En 1907 se inicia la construcción de los edificios, comenzando por el Pabellón Gral. San Martín ( el central ), El primer Director, Cecilio E. Newton, fue quien proyectó el edificio e instalaciones, así como los planes de estudio. Dos construcciones se erigen hacia los costados, donde originariamente dormían
los alumnos ( internos ). Además se construyó un edificio para la usina eléctrica y los bombeadores para la provisión de agua.
Los muebles, materiales de construcción y demás enceres llegaron en un barco, el Highland Watch, vapor que zarpó de Liverpool, y habían sido especialmente encargados para el colegio. También se embarcaron de Hamburgo los pupitres, cubiertos, vajilla con monograma y otros elementos de laboratorio.
En 1918 se plantó la hermosa arboleda que rodea al edificio y adorna los parques, a cuyo efecto fueron traídos especialmente del Jardín Botánico de Capital Federal, destacándose eucaliptus, plátanos, cedros, araucarias.
Los muebles, vajilla, elementos didácticos y de laboratorio se trajeron de Europa. El Gabinete de Química, de Física, el Laboratorio y la Biblioteca demuestran la calidad y origen de dichos elementos.
El Reloj de la Regencia también posee su excelencia, además en 1932 lo preparó Adonis Cormery para que anunciara automáticamente las entradas y salidas a clase.
La calidad de la construcción del edificio resalta con su puerta de entrada, sus vitraux, los pisos, postigos, picaportes, las celosías de bronce, la baranda de la escalera, sus pisos de pinotea, el techo de madera.


Destinos del Colegio

Reafirmando lo antedicho, el Colegio se creó como una escuela agropecuaria, con característica de internado – pensionado, donde cada alumno pagaba su mensualidad. En 1910 funciona como Instituto privado, con muy pocos alumnos.
El 29 de Agosto de 1912 se nacionalizó, siendo su primer Director Don Cecilio Nexton, oriundo de San Luis.
El 7 de Febrero de 1916 fue intervenido porque “ carecía aún de espíritu argentino en el sentido amplio de la palabra “, no satisfacía al Ministerio de Instrucción Pública. El 10 de Julio del mismo año, siendo ministro Carlos Saavedra Lamas, encarga a Manuel de Antequeda la reorganización del Instituto.
En 1930 fue cerrado, reabriéndose en 1931 en dependencia de la Sociedad de Beneficiencia de la Capital, construyéndose la pileta de natación y orientando la enseñanza a tres especialidades: Agronomía, Comercio y Mecánica.
En 1932 fue clausurado definitivamente, entregándose en posesión al Patronato de Menores, no ya como colegio nacional sino como Internado de Enseñanza Secundaria especializada, siendo Felipe Giana su Director, bautizando así a la Biblioteca.
En Enero de 1945 la Secretaría de Trabajo lo transfiere a la órbita de la Dirección de Menores.
En 1958 se forma la Carrera de Técnicos, y a partir de entonces sufre continuas aperturas y clausuras: en 1959 se vuelve a abrir especializado en Mecánica y Construcciones; en 1969 se cierra; reabriéndose en 1974.
En 1982 se desactiva como unidad de internación, y en 1995 se cierra. En este período fueron directores Landoni, Diego Robles y Graciela Iribarren, siendo su actual Directora María Luisa Temprano de Grandi, quien desde su asunción lucha por devolverlo a su funcionamiento completo.


Hefaistos y Hermes

Hefaistos y Hermes es el nombre con que los alumnos llamaron a su revista, editada en 1962 conmemorando las bodas de oro del Instituto. Hefaistos, el dios griego herrero, símbolo del trabajo fecundo, la industria; y Hermes, el dios del comercio. Esos fueron los representantes del espíritu del Instituto, en cuyas paredes numerosas placas recuerdan a tantos egresados que se identifican con el espíritu que el colegio les forjó.
Recientemente los exalumnos se reunieron en un locro, juntos entonaron el Himno al Colegio “ Carlos Pellegrini “ y revivieron momentos inolvidables.
Una placa recuerda a los Primeros Peritos Mercantiles: Boër, Aureliano; Dato, Oscar; Godoy, Héctor; Goicoechea, Federico; Gonzalez, Asunción; Seroni, Norberto; Zuco, Carlos; Rivadeneira, Héctor.
Serían innumerables y excesivo al presente propósito, recordar a los exalumnos, los cuales están en contacto entre sí, pero para muestra de la calidad educativa del Pellegrini sólo vale observar las medallas, copas y trofeos que engalanan la vitrina de la entrada, o admirar las fotografías de los atletas y gimnastas, o contemplar las instantáneas de los talleres de carpintería, herrería y mecánica.


Por Silvia Villamagna

viernes, 3 de julio de 2009

Libro que recorre la historia centenaria de Del Viso


Enrique Guerra un “histórico” del periodismo local, escribió "100 años de Del Viso, su historia…su gente". Hace hincapié en los pioneros de la localidad. Y aporta un valioso material fotográfico que refleja el pasado.
"El libro toma la historia de la localidad desde que pertenecía al Cabildo de Luján", comenta Guerra y aporta un dato fruto de su relevamiento: "Equivocadamente se dice que Gonnet fue el primer intendente de Del Viso, pero en su época la zona no se llamaba de esa manera, el nombre se puso bastante tiempo después". A su vez, comenta que la estación que le dio el nombre a la ciudad "fue construida con aportes monetarios de María Loigorri, viuda de Juan Irigoin, con la condición de que se llamara como su difunto marido. Sin embargo, no hubo nada por escrito que lo asentara, por lo que pasó a llamarse Del Viso".
En el libro pueden encontrarse sabrosas anécdotas como aquella referida a un nombre diferente para Del Viso: el 17 de diciembre de 1908, los ingleses –que estaban a cargo del Ferrocarril- enviaron un documento al Ministerio de Obras Públicas, mencionando al kilómetro 44 como ‘Lautaro’. El 31 de diciembre de ese mismo año, el ministro Ramos Mejía también nombra a Lautaro, pero quince días más tarde la zona fue nombrada oficialmente como Del Viso.
El libro hace especial hincapié en aquellas cosas que llegaron primero a la localidad, como por ejemplo el primer herrero o el primer peluquero; o bien la primera fonda y hasta cuántos eran los primeros pasajeros que llegaron a la flamante estación, con la cantidad de toneladas de carga que solía transportarse. Además, no olvida al cine, que proyectaba sus estrenos al mismo tiempo que en el centro, ni a su club(Unión de Del Viso.

La obra relata los orígenes de lo que hoy se conoce como Del Viso, que se remontan a la época del nacimiento del propio Partido de Pilar, a partir del reparto de tierras que realizara Juan de Garay entre sus compañeros de viaje. Hasta 1755, las tierras pertenecieron al Cabildo de Buenos Aires, pasando ese año a formar parte del Cabildo de Luján, del que dependió hasta 1821. En 1864 se dispuso la división de los partidos de la Campaña Interior del Río Salado, fijándose así los límites del Partido de Pilar. Asimismo, en octubre de 1889 se creó el partido de General Sarmiento, del que Del Viso pasó a formar parte. Con la llegada del ferrocarril se estableció una estación, y ese avance posibilitó la llegada de nuevos habitantes, así como la instauración de numerosos comercios e instituciones. En enero de 1909, el gobierno nacional dispuso que la estación del Ferrocarril Belgrano Norte -ubicada en el kilómetro 44 de su extensión Retiro- fuera llamada "Del Viso", en honor a Antonio Del Viso, hombre de leyes y político cordobés. Casi todo el siglo XX vio a Del Viso como parte de General Sarmiento, no obstante, en 1994 el Partido fue dividido en San Miguel, Malvinas Argentinas y José C. Paz: esto modificó la superficie de Pilar, al que la localidad Del Viso fue reincorporada.

Concurso de interés para historiadores


“El papel de los clérigos en la gesta de 1810 y en los años siguientes, hasta la declaración de la independencia” es el tema del concurso que organiza la Fundación Marana-Tha. Los ensayos deberán ser inéditos y escritos en castellano y pueden ser presentados hasta el 1 de setiembre en Quesada 2501, Buenos Aires. El premio está dotado de $ 3.500.- e incluye la publicación de la obra.

Bases y condiciones en www.fundacionmarana-tha.com.ar

miércoles, 10 de junio de 2009

Reflexiones en vísperas del Bicentenario “MEMORIA, RECONCILIACIÓN, IDENTIDAD”

Extracto de la alocución de monseñor Carmelo Juan Giaquinta, arzobispo emérito de Resistencia , para el Panel de clausura del Congreso Hacia el Bicentenario (2010-2016), celebrado en la Universidad Católica Argentina el 29 de mayo de 2009.


IV. Amnesia y Discordia de los argentinos

La amnesia y las diferentes enfermedades de la memoria social

25. La Memoria, ó “mnésis” de una nación, además del rencor, puede sufrir otras enfermedades o diferentes formas de “amnesia”: a) ignorancia del propio pasado, con todo lo que ello implica de incertidumbre sobre la propia raíz y herencia cultural; b) negación del pasado, que es una herida autoinfligida, pretendiendo una identidad distinta de la que se tiene; c) exaltación desmesurada de personajes, hechos o períodos de la historia, promovida por la historia oficial, que lleva a una falsa estima de la propia idiosincrasia; d) revisionismo histórico ideológico, que reinterpreta la historia oficial en función de tesis preestablecidas; e) lectura sesgada de los hechos acaecidos, seleccionando algunos en desmedro de la verdad total; f) patrioterismo o falso nacionalismo, etc. Así como la amnesia lleva a un individuo a no saber quién es, y le produce una inquietud permanente rayana en la esquizofrenia, de la misma manera la amnesia social, en sus diferentes formas, produce discordia social. Cuando un individuo o un grupo no se reconoce a sí mismo en lo que de veras es, sólo puede relacionarse con los demás a nivel de contienda.
Negación de la protohistoria

26. Al volver la mirada hacia nuestra realidad, y en particular hacia esta circunstancia del Bicentenario, la primera constatación es la negación, y hasta el desprecio de toda la realidad social y cultural preexistente al 25 de mayo de 1810. Así me lo enseñó mi escuela primaria, muy querida por otra parte. No sé cómo se lo enseña hoy. Fuera de algunas anécdotas sobre Juan de Solís que descubrió el Río de la Plata, Sebastián Caboto que fundó el fuerte Sancti Spiritus, Pedro de Mendoza que fundó la ciudad de Buenos Aires, Juan de Garay que la refundó, y alguna alusión al virreinato y a las invasiones inglesas: los tres siglos que van desde 1515 hasta 1816 eran sepultados bajo la etiqueta “la colonia”. Tres siglos que le ganan por mucho a los dos siglos de vida independiente que estamos por celebrar, y que sin duda tuvieron que ver con la plasmación de nuestra identidad nacional. Los argentinos no nacimos de golpe debajo de un repollo en 1810. Llevábamos a cuesta tres siglos de protohistoria. Llamémosla como queramos: “la colonia”, “período hispánico”. Son tres siglos que no podemos negar ni olvidar, sin condenarnos a no tener identidad.

Negación de la prehistoria

27. Tampoco podemos olvidar otros muchos siglos de prehistoria –nadie sabe cuántos-, cuando en estas latitudes habitaban sólo los aborígenes, y no había españoles, ni comerciantes ingleses u holandeses. El hecho de que en estas tierras no existan los monumentos de las culturas aborígenes, especialmente azteca, maya e inca, ni haya habido en las pampas poblaciones numerosas como en la región andina, no significa que la realidad aborigen no haya existido en la Argentina y que no exista también hoy, y que no contribuya también a nuestra identidad nacional. Recuerdo cómo reaccionaba ofendido cuando, durante mis estudios en Europa (1949-1955), me preguntaban sobre los indios de la Argentina. Respondía según me habían enseñado: “Apenas son 25.000. Y la mayoría están en la frontera”. Lo cual equivalía a decir: “Los indios en la Argentina son pocos y están bien lejos. No manchan nuestra identidad europea”.

La ilusión de ser Europa en el Río de la Plata

28. La negación de nuestras raíces aborígenes e hispánicas se expresó ya en las disputas que despuntaban en 1810. Curiosamente fuimos capaces de independizarnos de los españoles, y de contribuir a que otros pueblos – Chile y Perú – se independizasen también, pero no reconocemos que ya preexistíamos como pueblo con sus valores y desvalores. Esta negación se fortaleció luego con la corriente inmigratoria europea de fines del siglo XIX. Los seis millones de europeos que vinieron a estas playas a buscar paz, pan y trabajo, que influyó fuertemente en nuestra identidad, nos hicieron imaginar que éramos Europa en el Río de la Plata. No en vano los argentinos, siempre que podíamos, recalcábamos que no éramos latinoamericanos como los demás. Hace sólo pocas décadas descubrimos que nuestras madres ya no son más italianas y españolas, sino paraguayas, bolivianas, peruanas y chilenas. Nuestros presidentes hoy se codean más cómodamente con el presidente Chávez de Venezuela que con los del Primer Mundo. Y no pocos argentinos nietos de inmigrantes sienten que su lugar no está más en el Río de la Plata sino en la tierra de sus abuelos.
Nos guste o no, la Argentina europea es apenas un paréntesis de sesenta años (1870-1930), con un apéndice de otros diez después de la segunda guerra mundial (1945-1955). Lo cual no significa que la inmigración europea no haya aportado fuertemente y que seguirá aportando a nuestra identidad. Pero somos definitivamente una nación latinoamericana. ¿Hemos aceptado este hecho creativamente?

Vana autoglorificación

29. Una especie extraña de amnesia es la que recuerda cosas que nunca existieron. Por ejemplo, el carácter casi divino de algunos personajes históricos. Lo mismo que atribuirse como pueblo cualidades que no se tiene.
Recuerdo la indignación que me produjeron los fusilamientos del 10 de junio de 1956. Ciertamente, porque corrió sangre argentina. Pero, sobre todo, porque los interpreté como la ruptura de nuestra supuesta tradición pacifista, que nunca recurría a la violencia. Según me había enseñado mi querida escuela primaria, yo estaba embobado por el papel pacificador jugado por la Argentina en la guerra entre Bolivia y Paraguay, y con el premio Nobel de la Paz para nuestro canciller Saavedra Lamas. E, igualmente, con la neutralidad argentina en las dos guerras mundiales. “Los argentinos no declaramos la guerra a nadie porque somos pacifistas”, me decían. Hoy me duele el alma porque la escuela me engañó, a través de maestras muy buenas, engañadas también por la historia oficial impuesta desde el Ministerio Nacional de Educación. Según esa versión, la barbarie había quedado allá, en los tiempos de Rosas. Desde entonces todo en la Argentina había sido una historia maravillosa.
Me indigna haber tenido que descubrir como pastor muchas vergüenzas de nuestro pasado histórico, en especial las relativas a la matanza de los indios. Napalpí, la matanza perpetrada en 1924, contra los cosecheros, especialmente tobas y mocovíes, debería figurar en todos los manuales escolares. Y así las demás vergüenzas históricas. Pero asumiéndolas como propias, las cuales no habrían sido posibles en un pueblo que de veras hubiese sido cultor de la dignidad humana. No se puede enseñar más una historia que sólo hable de las batallas victoriosas de un ejército “no atado jamás al carro triunfal de ningún vencedor de la tierra”, como decían los manuales escolares en mi infancia. Los odios de hoy se incubaron, en buena medida, en la escuela de ayer. Si nos descuidásemos, nuestras escuelas de hoy podrían incubar los odios de mañana.

“Patrioterismo” o falso nacionalismo

30. El amor a la patria es constitutivo del ser humano. La patria es como el seno materno en el que un pueblo nace y crece. Podríamos llamarla “matria”. Solemos identificarla, modernamente, con el estado nacional. Pero su realidad es más profunda. Los judíos, aún sin estado, dispersos por muchas naciones de la tierra, han resistido como pueblo porque aún en el destierro supieron tener patria: sus tradiciones, instituciones culturales, religión, lengua.
No cabe duda que para todo pueblo es importante tener una tierra propia. Por ello se suele identificar el amor a la patria con el amor al “terruño”. Una patria sin tierra propia, estaría, en cierto grado, trunca. Lo mismo vale de que la patria tenga el sustento de una organización política internacionalmente reconocida: un estado propio, con constitución, leyes, autoridades, moneda, etc. Es lo que justificó la creación del Estado de Israel. Y es lo que está urgiendo a que se cree, por fin, un Estado palestino.

31. Visto en su integridad, el amor a la patria, o patriotismo, es sinónimo de nacionalismo verdadero. Pero toda realidad humana, también el amor a la patria, es vulnerable, y puede sufrir deformaciones. Las llamamos “patrioterismo”, “falso nacionalismo”, o nacionalismo “con zeta”. Son actitudes personales o colectivas que inducen a no apreciar debidamente, e incluso a despreciar, las otras realidades nacionales como partes integrantes de la gran familia humana. Y a enfrentar los conflictos que surgen con ellas por medio de la fuerza. ¿No es esto lo que nos sucedió con el conflicto del Atlántico Sur? Es cierto que la Argentina tiene derechos sobre las Islas Malvinas. ¿Pero justificaban que se los defendiese por la vía armada? El acompañamiento multitudinario con que la Junta Militar fue sostenida en la invasión militar de las Malvinas, indica que el amor patrio de los argentinos, al menos en ese momento, estaba fuertemente corroído por la soberbia y el desprecio de la diplomacia.

Lectura sesgada de la historia

32. La historia de nuestro pueblo debe ser asumida en su integridad, tal como es, sin prejuicios, con sus glorias y sus vergüenzas. Si las glorias son nuestras, también lo son las vergüenzas. Es inútil que pretendamos tachar períodos o personajes de nuestra historia, porque nos perseguirán como una sombra. Al respecto, vale la pena recordar cuanto dijimos los Obispos en la carta pastoral sobre la Doctrina social de la Iglesia, “Una luz para reconstruir la Nación” (11-11-2005): “La interpretación de la historia argentina está atravesada por cierto maniqueísmo, que ha alimentado el encono entre los argentinos. Lo dijimos en mayo de 1981, en Iglesia y Comunidad Nacional: ‘Desgraciadamente, con frecuencia, cada sector ha exaltado los valores que representa y los intereses que defiende, excluyendo los de los otros grupos. Así en nuestra historia se vuelve difícil el diálogo político. Esta división, este desencuentro de los argentinos, este no querer perdonarnos mutuamente, hace difícil el reconocimiento de los errores propios y, por tanto, la reconciliación. No podemos dividir al país, de una manera simplista, entre buenos y malos, justos y corruptos, patriotas y apátridas. No queremos negar que haya un gravísimo problema ético en la raíz de la crítica situación que vive el País, pero nos resistimos a plantearlo en los términos arriba recordados’ (31). A veintidós años de la restauración de la Democracia conviene que los mayores nos preguntemos si trasmitimos a los jóvenes toda la verdad sobre lo acaecido en la década del 70. O si estamos ofreciéndole una visión sesgada de los hechos, que podría fomentar nuevos enconos entre los argentinos. Ello sería así si despreciásemos la gravedad del terror de Estado, los métodos empleados y los consecuentes crímenes de lesa humanidad, que nunca lloraremos suficientemente. Pero podría suceder también lo contrario: que se callasen los crímenes de la guerrilla, o no se los abominase debidamente. Éstos de ningún modo son comparables con el terror de Estado, pero ciertamente aterrorizaron a la población y contribuyeron a enlutar a la Patria. Los jóvenes deben conocer también este capitulo de la verdad histórica. A tal fin, todos, pero en especial ustedes, fieles laicos, que vivieron en aquella época y eran adultos, tienen la obligación de dar su testimonio. Es peligroso para el futuro del País hacer lecturas parciales de la historia. Desde el presente, y sobre la base de la verdad y la justicia, debemos asumir y sanar nuestro pasado" (30).
“Hay que tener memoria”: significado argentino
33 ¿Qué entendemos los argentinos cuando decimos “hay que tener memoria”? No sé lo que significa para los niños y adolescentes que hoy frecuentan la escuela, porque no conozco qué tipo de historia se les está enseñando. Para los jóvenes significa que se quiere evitar los pasos que condujeron al País a la hecatombe de diciembre de 2001. Para los mayores de cuarenta años significa que no queremos andar nunca más el camino que nos llevó a los horrores de la década del 70, tanto de la guerrilla revolucionaria, que provocó un estado de terror, cuanto del Estado represor, que impuso el Terror de Estado, como pocos pueblos modernos lo han conocido, sólo comparable con el terror nazi de las SS de Himmler o el de la policía soviética comandada por Laurenti Beria.

34. Con respecto a lo sucedido en los ‘70, tenemos memoria cuando reconocemos que los desatinos cometidos son nuestros, aunque no los hayamos cometido personalmente cada uno de nosotros. No fueron cometidos por extra terráqueos. Brotaron en el caldo de una cultura argentina violenta, en cuya génesis cada uno de los argentinos y nuestras instituciones pusieron su grano de arena. Muy probablemente el curso de los 70 habría sido muy diferente si como personas y como pueblo los argentinos nos hubiésemos opuesto con valentía a la demencia de la guerrilla revolucionaria y de la represión descontrolada del Estado.
Cuando los argentinos decimos “hay que tener memoria”: ¿nos involucramos en lo sucedido? ¿Asumimos nuestras “responsabilidades”? ¿O lo decimos desde una ideología, excluyéndonos a nosotros, apuntando con el dedo sólo a los otros?

¿La teoría de los Ángeles y los Demonios?

35. A no pocos irrita este planteo. Apenas se intenta que se considere la situación de los años ‘70 en su totalidad, incluyendo a militares represores y a guerrilleros revolucionarios, enseguida le enrostran a uno ser defensor de la teoría de los Dos Demonios. ¿De dónde la han sacado? ¿La enunció algún gran pensador? Y aun si así hubiese sido, merece ser sometida a crítica. Estudiando en Europa (1949-1955), después del fracaso del fascismo y del nazismo, nunca escuché tal teoría en boca de nadie. Cuando les preguntaba a los italianos y alemanes por el pasado reciente, nadie me confesó haber sido nazi o fascista. Pero tampoco nadie se sacó el bulto de lo sucedido. Y mucho menos se lo tiraba todo al prójimo. Allí todo el mundo asumía el vergonzoso pasado y trabajaba por la reconstrucción material y la edificación espiritual de una democracia nueva y sólida. ¿O la teoría de los Dos Demonios es una picardía argentina, que oculta otra teoría: que en la Argentina hubo Ángeles y Demonios? Los ángeles serían los guerrilleros; los demonios serían los militares. Si ésta fuese la teoría, convendría recordar que los militares argentinos nacieron de madres argentinas, se educaron en escuelas argentinas, fueron promovidos en sus altos cargos por el parlamento argentino, y los miembros de la Junta de Comandantes, que hicieron el golpe del 24 de marzo de 1976, fueron ministros del poder ejecutivo del gobierno democrático argentino, votado por la inmensa mayoría del pueblo argentino. ¿Los militares fueron sólo un fruto malo de un árbol bueno? Jesús y el sentido común nos enseñan que “un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos” (Mt 7,18).

V. Descuido de la Memoria eclesial

36. La crítica que hacemos a la sociedad argentina sobre las diferentes formas de amnesia que sufre, es válida proporcionalmente para la Iglesia. Cuando en los primeros años de mi Decanato en la Facultad de Teología de la UCA (1972), me propuse impulsar la creación del Departamento de Historia Eclesiástica, especialmente latinoamericana, un colega me dijo: “Pero no nos vas a meter a estudiar esa historia bol…”. Era lo que él había aprendido en la escuela. La historia política anterior al 25 de mayo de 1810 era “bol….”. Por tanto, también la de la evangelización. Por lo demás, en los antiguos programas de la Facultad de Teología no figuraba la Historia de la Iglesia en la Argentina. Los clérigos de mi generación nos educamos completamente ayunos de la Historia de la Iglesia anterior al Congreso Eucarístico de 1934, salvo que pescásemos algo en la lectura que se hacía durante las comidas en el refectorio del Seminario. Lo mismo vale con respecto a la historia de la Iglesia latinoamericana. Si mal no recuerdo, el estudio de la Historia eclesiástica local comenzó a introducirse en la Facultad de Teología recién en el decanato de Mons. Lucio Gera (1965-1968). Y ello con la colaboración del P. Basán, sacerdote redentorista. Luego vino el impulso que supo darle Mons. Juan Guillermo Durán.
Hoy es alentador ver que en muchos Seminarios argentinos se dicta un curso de Historia de la Iglesia en la Argentina. Y ello no tanto para erudición, sino para comprender la Evangelización con gratitud y humildad: como un torrente impulsado por el Espíritu, formado por arroyuelos, y aún por pequeñas gotas, que son los esfuerzos de todos los miembros del pueblo de Dios, al cual venimos a sumarnos ahora los apóstoles contemporáneos. Pastores, con una visión iluminista de la Evangelización, como si la misma comenzase con ellos, fatalmente maltratarían al rebaño.
En favor de la “memoria” eclesial

37. El Dr. Tomás Auza, en el prólogo de su obra “Aciertos y fracasos sociales del catolicismo argentino”[10], tiene una frase, digna de ser meditada, relativa a la poca memoria que la Iglesia argentina tiene con respecto a su vida y labor. Refiriéndose al ímprobo trabajo que debió hacer para escribir su obra, escribe: “Tal labor no hubiera reportado esfuerzos si, como se supone, una institución como la Iglesia fuera consecuente con su tradición y guardara con esmero los testimonios de la labor de los que, sirviendo en sus filas como clero o seglares, han llevado a cabo una labor sobresaliente. Esta situación ideal no es la realidad del catolicismo argentino que, por el contrario, no tiene memoria de su pasado”.
¿Debo hablar de los esfuerzos que tuve que hacer, junto con los otros miembros de la Comisión nombrada por el Cardenal Jorge Bergoglio, presidente de la CEA, para “realizar una investigación en el ámbito eclesial sobre todo lo relativo a la muerte de Mons. Enrique Angelelli, y, en la medida que fuere necesario, sobre los hechos conexos con la misma”?[11].
Como otro botón más de muestra del descuido de nuestra memoria eclesial: éste se puso nuevamente de manifiesto en la reciente conmemoración de los treinta años de la mediación papal por el Beagle. Los mismos Obispos estábamos en la ignorancia casi absoluta sobre los pasos decisivos que se dieron desde la Conferencia Episcopal para obtener dicha mediación. Las gestiones del Cardenal Primatesta eran prácticamente desconocidas[12]. Y también las del Nuncio Apostólico Pío Laghi, si bien las de éste habían sido publicadas diez años antes[13]. La misma conmemoración de los treinta años de la mediación, realizada en la UCA, omitió tratar de dichas gestiones por ser desconocidas. Y la mediación papal pareció caída del cielo.
Pero no todas son pálidas. Alienta la frecuencia y calidad de los cursos y talleres que, en los últimos años, se organizan, a nivel nacional y regional, para el cuidado de los archivos parroquiales y curiales.

38. En orden a preservar la Memoria eclesial, me pregunto si no debería existir una institución de la Iglesia, posiblemente unida a la U.C.A., que documente los principales hechos de la vida de la Iglesia – gozosos y dolorosos - mientras se van produciendo. Igualmente, si no se deberían respetar las bibliotecas de los sacerdotes antiguos que mueren, y también las de laicos eximios. En algunos casos para agregarlas íntegras a un fondo documental. En otros, antes de dispersarlas, para hurgar en ellas toda la literatura que hace a nuestro pasado, y formar con ella una Biblioteca Histórico-Pastoral.

VI. La Identidad nacional crece por la Reconciliación

39. El tema de la identidad nacional es delicado. Se presta a la vana retórica. Y, también, al más negro pesimismo. No cabe duda que cada pueblo se distingue de los demás por su herencia y por una serie de rasgos, positivos y negativos, que va adquiriendo e integrando a su idiosincrasia. Cuanto mejor conozca su herencia cultural, y se abra al diálogo con los demás pueblos y culturas, cuanto mejor cultive sus cualidades y desarraigue con paciencia los defectos opuestos: mayor identidad tendrá. Pero no me voy a explayar en las cualidades de los argentinos, que conviene cultivar. Ni tampoco en los defectos, que urge extirpar[14]. Tampoco voy a intentar una evaluación: si en los últimos cien años los argentinos hemos crecido en identidad, o si hemos perdido parte de ella. Aquí prefiero sólo bosquejar algunos primeros pasos de un camino a seguir en orden a reconciliarnos entre nosotros y crecer en identidad.

1º) Purificarnos de todo prejuicio

40. Para alcanzar verdadera identidad, es preciso trabajar por la reconciliación de los espíritus. Y para ello, una primera tarea es la purificación del corazón y del lenguaje. El ciudadano cristiano ha de tomarse esta tarea como un deber en virtud de su fe. Para disponerse a realizarlo es preciso tener la valentía de analizar los prejuicios que lo mueven. No hay persona ni sociedad sin prejuicios. Se dan en todos los niveles: culturales, religiosos, políticos, sociales.
Prejuicio es lo que dice la palabra: un elemento pre-racional, o irracional, que se nos infiltra en la mente y en el corazón, y nos impulsa a interpretar la realidad a partir de él y a actuar en consecuencia. Es como un lente que deforma las figuras. Como el agujero de la cerradura que sólo permite ver una parte muy recortada de la realidad.
Algunos prejuicios son inofensivos. Otros son de consecuencias terribles. Algunos son adquiridos por una percepción errada de la realidad. Otros se adquieren por contagio, cediendo a la presión ambiental. Otros son heredados. Éstos son los más difíciles de extirpar, pues están incrustados profundamente en la conciencia colectiva, con el soporte de la tradición, de la escuela, de la autoridad, de los medios. Todo el mundo los repite como palabra santa, nadie los discute, se los tiene como verdades fundamentales, y tienden a concretarse en realidades imaginarias a las que hay que sacrificar todo.

2º) Identificar nuestros prejuicios

41. ¿Cuáles son los prejuicios de los argentinos? Antes aludimos a la “soberanía nacional” como prejuicio imperante en Alemania y Francia. Con él plasmaron un ídolo al que sacrificaban a sus hijos. Hasta el fracaso de la última gran guerra, no entendían que la “soberanía” es un valor relativo, respetable en la política internacional, pero que, si se lo absolutiza, se vuelve un ídolo[15], capaz de destruir la paz mundial. Los argentinos no anduvimos a la zaga de alemanes y franceses. También nosotros quedamos atrapados en el “pre-juicio” de la soberanía nacional y la convertimos en un ídolo, en cuyo honor casi nos destrozamos con los chilenos. Fue en aras del mismo que rescatamos las Islas Malvinas sin importarnos las consecuencias. ¡Y cuántos prejuicios e ídolos más! Cada uno con su fórmula mágica. Por recordar sólo algunas en boga durante las últimas décadas: “el proceso de reorganización nacional (Onganía)”, “la violencia de arriba engendra la violencia de abajo”, “Cámpora al Gobierno - Perón al poder”, “la Patria socialista”, “los argentinos somos derechos y humanos”, “la Argentina potencia”, “con la democracia se come, se educa, se cura”, “Argentina primer mundo, socia extra OTAN”. Y, ahora, “este modelo económico”. Podríamos elaborar un diccionario de prejuicios patrióticos. Casi todos riman bien, pero todos esconden alguna falacia. Fingen fantasías sobre la Argentina, que acaban por estallar. Y lo que es peor, impiden gobernar para el argentino real, de carne y hueso, el cual ansía que la política le facilite un ámbito pacífico y justo donde desarrollar sus capacidades y contribuir al bien común.

3º) Abolir toda ideología

42. En los prejuicios anidan las ideologías de todo tipo. Éstas son prejuicios evolucionados gracias a una racionalización que pretende justificarlos y a la retórica de los enunciados que les confiere cierta brillantez. Son muchos los prejuicios convertidos en ideologías. Se observan especialmente en las sociedades más cultas: el progreso indefinido, el paraíso en la tierra mediante la lucha de clases, los intereses supremos de la nación, la superioridad de la raza, el mercado con sus leyes absolutas. Las naciones que aspiran a desarrollarse no les van a la zaga. En América Latina hay un florecimiento de ideologías nuevas, donde no falta el color indigenista-neomarxista.
Toda ideología se ve a sí misma como la fórmula infalible de una humanidad nueva. De allí que se presenten como realidad absoluta y no toleren competencia. De allí, también, que las ideologías hayan promovido las luchas más sangrientas, costosas y vanas que se recuerden: el colonialismo, el capitalismo salvaje, el comunismo, el fascismo, el nazismo, el militarismo. Por ello siempre se procuran todo el poder bélico posible: desde el colosal poderío militar norteamericano, pasando por el terrorismo islámico, hasta las fuerzas guerrilleras, parapoliciales o grupos de choque.

Identidad nacional y evolución

43. Los cristianos argentinos parecemos muchas veces pensar en una identidad nacional estática, como la que un ser humano alcanza cuando niño, olvidando su crecimiento y la evolución bio-psicológica posterior. Y olvidando, también, que el mundo circundante cambia. Una persona, para permanecer siendo la misma, debe crecer, evolucionar. Esto que vale de todo individuo, vale también de la sociedad. Si el cristiano argentino no supiese detectar la evolución de la sociedad, confundiría los rasgos fundamentales de la identidad nacional y de su identidad cristiana con un modo preterido de haberlos vivido. Se encontraría pronto en “orsay”, sin saber desde dónde abordar al mundo moderno. Y sufriría en vano. Si bien el sufrimiento es inherente a la vivencia del Evangelio, cosa muy diferente es sufrir por no saber aprovechar las circunstancias cambiadas para extraer nuevas riquezas del Evangelio y anunciar al mundo la misma gozosa verdad con lenguaje nuevo.
Este me pareciera el principal desafío que tiene la Iglesia en la Argentina al cumplirse el Bicentenario del Estado Nacional. Para pensar la presencia del cristiano en la Argentina de hoy, y para que éste contribuya a su Identidad, convendría organizar otro congreso como éste, durante el sexenio 2010-2016.

Notas

[10] Cf. Cuatro volúmenes, Buenos Aires, Editorial Docencia y Ediciones Don Bosco, 1987 ss.

[11] Cfr. CEA, Prot. 336/06.

[12] Cf. Carmelo J. Giaquinta, Cómo se gestó la mediación papal que evitó la guerra entre la Argentina y Chile, Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Buenos Aires, LI, nº 503, enero 2009, pp. 3-9; Cómo se gestó la mediación, Criterio, LXXXII, marzo 2009, pp. 109-113.

[13] Bruno Passarelli, El Delirio Armado. Argentina-Chile: la guerra que evitó el Papa, Buenos Aires, 1998, Editorial Sudamericana, pp. 299.

[14] Se puede ver; C. J. Giaquinta, “Para una conciencia ciudadana, en Criterio, nºs 2294-2295, pp. 280-285, 381-383; especialmente, Siete pecados capitales, pp. 284-285.

[15] La palabra “ídolo” viene del griego “eidólon”, “apariencia”. Parece una realidad, pero no lo es. Pero no por ello el ídolo deja de tener poder. Un fantasma, que es pura apariencia, puede espantar y producir un desastre

I Jornadas de bibliotecas y archivos en museos

6 y 7 de agosto de 2009
TEMA: En apoyo a la difusión del patrimonio cultural
ORGANIZAN: Museo Histórico Hospital Nacional de Clínicas, Museo de Antropología y el Museo Casa de la Reforma Universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba.
TEMAS: 1. Las TICs y nuevos roles y servicios. 2. Gestión del patrimonio cultural en las bibliotecas y archivos de los museos. 3. Función social de las bibliotecas y archivos de los museos.
Informes: jobam.unc@gmail.com

jueves, 28 de mayo de 2009

Qué hacemos



---------------- 1989 - 20 aniversario - 2009 ---------------


La Junta de Estudios Históricos del partido del Pilar tiene por principal objetivo investigar y difundir hechos y causas del Pilar de ayer. Fue creada el 9 de noviembre de 1989. Tienen reconocimiento municipal a través del decreto 1562/90.
Es miembro de la Federación
de Entidades de Estudios Históricos de la provincia de Buenos.Aires, la cual presidió entre 1996 y 1998. Don José Sanchez fue su inspirador y presidente hasta su fallecimiento en 2007. La Junta organiza cada dos años las Jornadas de Historia de los pagos de Pilar que convocan a historiadores locales y amigos de la historia en general y cuyas ponencias han sido publicadas en cinco publicaciones

Contáctenos por el teléfono (02322) 490035 o a través del correo electrónico
juntahistoriapilar@yahoo.com.ar


Presidenta: Prof. Silvia Villamagna
Secretaria: Irma Talab
Tesorera: Museóloga Mónica Ottolenghi
Vocales: Edith Fortes, Juan Carlos Quintana, Alejandro Navarro, Arq. Marcelo Galotto, Juan Carlos Moracco, Alejandro Rebagliati, Walter Belfiore, Dr. Alberto Alindo. Miembros honorarios: Dr. Gregorio Ferrá (fallecido) y Dr. Pacho O´Donnell.



-------------------------- Entender la historia te cambia la vida -------------



Paginas relacionadas: www.presidentederqui.com.ar

Dia internacinal de los museos



Lunes 18 de mayo de 2009.
Dia Internacional de los Museos – Festejos en el museo histórico-religioso de Pilar


Se realizó en el museo local un sencillo acto de adhesión al día Internacional de los Museos promovido por la Junta de Estudios Históricos de Pilar. El mismo consistió en tener la sala de la calle Belgrano abierta entre las 18 y las 19, un horario que habitualmente el museo está cerrado. Además se repartieron escarapelas ya que también se celebraba el inicio de la Semana de Mayo.
Se acercaron al museo –entre otros- Manuel Vazquez y su esposa Nené Pirsh, Alberto Fernandez Bodue, presidente de la Junta de Historia de José C. Paz, Alejandro Rebagliati, Graciela Francovi, Mónica Ottolenghi, Silvia Villamagna, Irma Talab, Elsa Farjat. El Ing. Gustavo Urroz realizó varias tomas y entrevistas para su programa que se emite por el canal de cable local. También pasaron varios grupos de estudiantes , entre ellos alumnos de la escuela N° 26. La Federación de Entidades de Estudios Históricos de la provincia de Buenos Aires envió una nota de adhesión y felicitación por la iniciativa.


En la nave lateral del templo pilarense funciona desde el 16 de diciembre de 2006 el museo local con el rico aporte de objetos y documentos eclesiásticos a los cuales se les sumó aquellos del museo municipal Alcalde Lorenzo López, que permanecían guardados desde el año 2000.
Mons. José Ramón de la Villa fue su principal impulsor, con quien colaboraron para su puesta en marcha y mantenimiento, organismos oficiales y miembros de Junta de Historia, principalmente la museóloga Mónica Ottolenghi y la profesora Silvia Villamagna.
El salón de exposiciones está ambientado a su hechura original, allá por 1850 y consta de varias salas temáticas sobre el Tratado del Pilar, usos y costumbres de los antiguos pobladores de estos pagos, patrimonio religioso y origen y evolución del pueblo de Pilar. Una de ellas lleva el nombre de José Sanchez, historiador pilarense, fundador de la Junta de Estudios Históricos en 1989.
El museo ya había funcionado en este lugar en la década del 60 y fue creado en 1944 por decreto del intendente Dante Manzini quien lo había denominado Museo Bartolomé Mitre. Entre los miembros nombrados para su seguimiento figuraban los vecinos Laplacette, Palenque, Rambant, Ricci y el Pbro. Silvio Braschi.

Tratado del Pilar


En la batalla de Cepeda y con el posterior tratado del Pilar “las montoneras del litoral aventaron tanto la constitución unitaria de 1819 como los conatos de implantar una monarquía, fijando para siempre el destino democrático de la Argentina”.
Arturo Sampay

Ser federal significaba sostener la independencia de la nación ante las potencias extranjeras, apoyar a su gobierno legítimo, sostener a la federación (es decir a las provincias que habían firmado los pactos federales) y bregar por la igualdad social (en la ropa, en el trato y en el acceso a la justicia)
Ricardo Salvatore


El tratado del Pilar fue el primer acuerdo a través del cual se sentaron las bases de nuestro sistema federal de gobierno consagrado en la Constitución Nacional.
Se firmó el 23 de febrero de 1820 en la antigua capilla dedicada desde 1729 a Nuestra Señora del Pilar en las cercanías de la actual ruta 8 en su cruce con el río Luján (hoy Pilar Viejo) Fueron sus signatarios los gobernadores Manuel de Sarratea, de Buenos Aires, Estanislao López, el patriarca de Santa Fe y Francisco Ramirez, el supremo de Entre Ríos.
El pacto reconocía a las provincias autónomas -aceptando el concepto de federalismo- pero a la vez las consideraba parte integrante de la nación y las obligaba a enviar diputados a un congreso general con la intención de promover un nuevo gobierno central. El pacto afirma y sostiene la pacificación interna y atiende las posibles amenazas extranjeras, comprometiendo a las provincias a la ayuda recíproca ente un caso de peligro. También se garantizaba la libre navegación de los ríos terminando así con la exclusividad comercial del puerto de Buenos Aires que se había impuesto desde hacía varios años por la fuerza de la flota porteña y que estaba condenando a la inactividad y a la miseria a los puertos litorales.
Se hablaba por esos días de “la paz y la armonía general que el tratado convenido en los pagos del Pilar traería a las provincias en federación”.
Lamentablemente siguió un período en la que los intereses políticos y económicos de unos pocos primaron sobre el sentir popular y se logró postergar por unos años la tan ansiada unión nacional. Los representantes del pensamiento centralista se dieron a la tarea de anarquizar todo, imponiendo fórmulas importadas que se equipararon engañosamente con “lo civilizado”, enfrentándolas culturalmente con el federalismo provincial consustanciado con lo criollo y con las tradiciones
hispánicas.

La organización nacional empieza con el supremo entrerriano y el apoyo de M. Carrera a través del Tratado del Pilar y le pone su punto final otro entrerriano (Justo J.. de Urquiza) con el Pacto de San Nicolás. Su consecuencia será la Constitución Nacional, donde quedó plasmado en el preámbulo aquello de “en cumplimiento de los pactos pre existentes… la forma representativa, republicana y federal…”
Tengamos entonces orgullo del Tratado del Pilar, que no quedó en deuda con nadie.
José Sanchez

-------------------------------- Pilar, cuna del federalismo -----------------------------

¡Atencion docentes!


VISITAS GUIADAS AL MUSEO HISTÓRICO-RELIGIOSO DE PILAR

La Junta de Estudios Históricos de Pilar invita a colegios, instituciones y particulares a las visitas guiadas que se realizan los miércoles de 9 a 11 y los jueves de 14 a 16.

El museo está ubicado frente a la plaza principal en la nave lateral del templo pilarense, que es Monumento Histórico Nacional, y está dividido en salas temáticas sobre el Tratado del Pilar, usos y costumbres de los antiguos pobladores de estos pagos, patrimonio religioso y origen y evolución del pueblo de Pilar.

Las visitas guiadas se adaptan a la edad de los contingentes y están especialmente recomendadas para conocer de una manera entretenida cómo era la vida en Pilar -y en general en nuestro país- en tiempos pasados.

Rogamos confirmar asistencia a juntahistoriapila@yahoo.com.ar

Calendario de la Federación de Entidades de Estudios Históricos



11 DE JULIO:
Almuerzo de los Historiadores en Tigre. Informes al 011-4749-7249 o
feehpba@gmail.com

25 DE JULIO:
Reunión Regional de la Federación en Chivilcoy. Para entidades e historiadores deloeste de la Provincia de Buenos Aires. Informes al 011-4749-7249 o
feehpba@gmail.com

15 DE AGOSTO:
Jornada de Historia del Pago de la Costa en San Isidro. Organiza el Instituto Histórico Municipal de San Isidro. Informes al 011- 4575-4038 o museosi@fibertel.com.ar o amalialagos@yahoo.com.ar

29 DE AGOSTO:
Jornada de Historia en Vicente López. Organizada por el Instituto de Investigaciones Históricas de Vicente López. Informes al 011-4765-3874.

11 Y 12 DE SEPTIEMBRE:
Jornada de Historia de Dolores. Organiza la Sociedad Argentina Historiadores de Dolores. Informes al 02245-440505 o al 02245-443078 o pirali_historia_y_poesia@yahoo.com.ar

19 DE SEPTIEMBRE:
Jornada de Historia de Quilmes. Organiza la Junta de Estudios Históricos de Quilmes y de la Dirección de Museos de Quilmes. Informes al 011-4252-5508 o
jeh_quilmes@yahoo.com.ar

26 DE SEPTIEMBRE:
Tercera Jornada de Historia de San Antonio de Areco. Organiza la Junta de Estudios Históricos de San Antonio de Areco. Informes al 02326-454007 o
celiacoppa35@yahoo.com.ar

24 DE OCTUBRE:
Cuarta Jornada de Historia de El Talar. Organiza la Comisión de Historia de El Talar. Informes al 011-4749-7249 o historiaeltalar@gmail.com

31 DE OCTUBRE:
Jornada de Historia del Partido de Tres de Febrero. Organiza la Junta de Estudios Históricos del Partido de Tres de Febrero. Informes al 011-4757-1410 o horacallegari@hotmail.com

7 DE NOVIEMBRE:
Primera Jornada de Historia de la Cañada de Escobar. Informes al 03488-516981 o esarubelmkt@hotmail.com

19, 20 Y 21 DE NOVIEMBRE:
Primer Congreso de Historia de las Provincias Argentinas. Organizado por la Confederación de Entidades Históricas de las Provincias Argentinas. Informes al 011-4307-3413 o 011-4568-9679 o juntacentralbuenosaires@yahoo.com.ar o
aimiranda@hotmail.com

26, 27 Y 28 DE NOVIEMBRE:
Décimo Congreso de Historia de la Ciudad de Buenos Aires. Organizado por la Junta Central de Estudios Históricos de la Ciudad de Buenos Aires. Informes al 011-4307- 3413 0 011-4568-9679 o juntacentralbuenosaires@yahoo.com.ar o
aimiranda@hotmail.com

5 DE DICIEMBRE:
Asamblea Anual de la Federación en Tigre. Informes al 011-4749-7249 o feehpba@gmail.com